R.D. 15/2018, un 80% de ahorro en la factura y menos tiempo para amortizar la inversión.
El impuesto al sol y las trabas burocráticas frenaron en seco el interés de los particulares a la hora de poner pequeñas instalaciones renovables en hogares y empresas. El final del canon aprobado por el Gobierno abre nuevos horizontes de futuro.
Este nuevo R.D., permitirá amortizar el gasto de instalación de una placa solar en la mitad de tiempo (de 12 años a cinco). A ello se suma un ahorro de entre el 80 y el 90 por ciento en la factura de la luz a lo largo del año.
La verdadera transformación de las energías limpias llegará ahora. Las reglas del mercado fijan un precio similar entre la energía procedente de la nuclear o de una gran planta fotovoltaica. Pero el autoconsumo es diferente. El ahorro del gasto será evidente y, junto a él, el final de la dependencia hacia grandes compañías eléctricas.
Confiaremos en que la eliminación del cargo que se imponía por la energía generada y consumida multiplique las instalaciones en la Comunidad.
Hay otro cambio fundamental que ha pasado desapercibido. Se trata del final del veto para producir energía de manera comunitaria entre un grupo de personas.
A modo de ejemplo se puede pensar en un polígono industrial de nueva construcción o una zona residencial en la que vayan a dedicar una pequeña parte del terreno a una instalación fotovoltaica.
Hasta ahora estaba prohibido producirlo de manera conjunta, la instalación tenía que estar dentro de la propiedad de cada productor. No le podías decir al vecino que compartías parte de la electricidad.
La posibilidad de que una pyme o una familia genere su propia energía es una apuesta por el modelo de economía verde y circular.
Con la nueva oleada de instalaciones se abre una oportunidad para las empresas locales. Todo el dinero que la ciudadanía invertirá en poner las placas se quedará en las empresas locales, de modo que se va a crear una red de empresas y de puestos de trabajo.
Ahora, eso sí, para seguir avanzando es necesario que la medida aprobada en el Consejo de Ministros se plasme cuanto antes.
El ahorro para una instalación de una vivienda normal, en la que quepan tres kilovatios, puede producir a final de año entre el 70 y el 90 por ciento de tu consumo.
Para una instalación de esa potencia se requiere una inversión de entre 3.000 y 4.000 euros, de modo que en un plazo máximo de cinco años estaría amortizada con el final del impuesto al sol. Hasta ahora la cuenta se multiplicaba. Había además tasas de hasta 600 euros sólo por pedir el punto de luz a la Distribuidora de la zona.
La tendencia hacia el autoconsumo puede traer otro cambio. Por el elevado coste eléctrico se abandonó antaño la tendencia de tener una instalación eléctrica para el calor y otros tantos aparatos, algo que ahora se puede revertir. “Ahora probablemente podamos volver a que todos los electrodomésticos, todos los utensilios y los calefactores sean eléctricos en el hogar”.
Joaquín Jarrín García
CEO Gerencia Energética S.L.
