El pasado 23 de junio Bloomberg New Energy Finance publicó NEO 2015, un informe en el cual identifica las 5 tendencias que marcarán cambios estructurales en los sistemas eléctricos mundiales en el futuro.
Estas cinco tendencias son:
- Energía solar en todas partes.
La bajada de los precios de las células fotovoltaicas y el incremento de los costes energéticos dan pie a una aplicación esta tecnología a pequeña y a gran escala. En países como Alemania o Estados Unidos se están desarrollando marcos legales estables y beneficiosos para la implementación de la energía solar como fuente de generación distribuida - Poder para el consumidor.
La tecnología fotovoltaica unida con las tecnologías de almacenamiento de energía otorgan al consumidor un papel de protagonista activo al generar su propia energía eléctrica y facilitan el acceso da esta energía en los países en vías de desarrollo. - Caída de la demanda energética por unidad de producción
La utilización de nuevas tecnologías eficientes aplicadas a sistemas de iluminación y aire acondicionado ayudaran a limitar el crecimiento de la demanda de energía hasta en un 1,8% anual. Estiman que en os países de la OCDE la demanda de energía sea menor en 2040 que en 2014. - El carbón no desaparece del panorama energético.
Los países en vías de desarrollo optarán por un mix de generación estructurado principalmente por Carbón y Energías Renovables. La excepción será Estados Unidos debido a su desarrollo en la tecnología de extracción del Shale Gas. - Cambio Climático.
A pesar del incremento en la utilización de energías renovables, el enorme legado basado en la quema de combustibles fósiles y las nuevas inversiones que se siguen realizando para estas tecnologías dará lugar a un aumento de las emisiones de CO2 hasta 2040.
La inversión en sistemas de generación de energía nuevos se llevará a cabo principalmente en los países desarrollados, siendo 2/3 de esta inversión destinada a energías renovables.
Como conclusión, el informe indica que la inversión y el uso de tecnologías renovables en los próximos años no será suficiente para evitar un incremento de 2ºC en la temperatura global en el año 2040.