Fuente: El País
Una de las principales conclusiones a las que se ha llegado en la Cumbre del Clima de París es que gran parte de los esfuerzos, para combatir el cambio climático, pasan por el uso de energías renovables. Y es que más del 42% de las emisiones, de los dos tercios que suponen el sector de la energía, se producen en la generación de la electricidad. Lo que hace imprescindible el uso de energías alternativas, limpias para cumplir con los objetivos marcados, en lo que a reducción de emisiones se refiere. Donde todos los países han de ponerse las pilas, España incluido, donde existe definido un Plan Estratégico de Energías Renovables 2011-2020
A este respecto destaca las declaraciones de IRENA, Agencia Internacional de Energías Renovables que sostiene que se han de duplicar las inversiones en este tipo de energías limpias en los próximos 15 años si se quieren llegar a las metas definidas. Y parece que todo apunta que serán tanto la energía solar, como la eólica las que deben de crecer más. No en vano, aclara Adnan Z. Amin, responsable de dicha agencia, que gracias a la evolución de la tecnología, «Las energías renovables son competitivas respecto a las tradicionales y en algunos casos más baratas.»
Por lo que se entiende el impulso que se pretende dar a este tipo de energías limpias, destacando zonas geográficas como África, Latinoamérica o Asia, donde las inversiones se van a multiplicar en los próximos 15 años.
Todo ello respaldado por una estabilidad en las regulaciones en dicha materia, por parte de los diferentes gobiernos, con el fin de dar certeza a los inversores, y que no ocurra como a pasado recientemente en España.
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